¿QUÉ ES EL BURNOUT?

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El síndrome de burnout o «síndrome del trabajador quemado», o de desgaste profesional,  hace referencia al estrés laboral que se vuelve crónico. 

Este se manifiesta a través de un estado de agotamiento físico y mental que se mantiene en el tiempo resultado de exigencias agobiantes, estrés crónico o insatisfacción laboral; y llega a alterar la personalidad y autoestima.


Fue descrito por el psicólogo estadounidense Herbert Freudenberger en trabajadores de los servicios sociales del Bronx, en Nueva York. 

Manel Fernández, profesor en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y coach de empresa especialista en bienestar en el trabajo, hace hincapié en que el síndrome no es exclusivo de los trabajadores que desempeñan su labor de cara al público: «En el origen, parecía que las profesiones en contacto con personas podían ser ser las que provocan más burnout, pero hoy sabemos que está más relacionado con aspectos organizativos y con la capacidad de dar respuesta a los problemas que se plantean en el trabajo».

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció en 2019 el burnout como enfermedad, que será incluida en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Conexos (CIE-11), cuya entrada en vigor se fijó para el 1 de enero de 2022.


Aunque no es una enfermedad en sí misma, puede ser el detonante de otros problemas de salud física y mental más graves.


Existen diferentes escalas o sistemas de medida para detectar el desgaste profesional. La más utilizada es la escala de Maslach o Maslach Burnout Inventory (MBI), que está constituido por 22 ítems en forma de afirmaciones sobre los sentimientos y actitudes del profesional respecto a su trabajo, el entorno laboral, sus compañeros, los clientes…


 Cuando la persona está afectada por este síndrome, puede sentirse agotada todos los días, tener una actitud cínica, sentirse desmotivad@ e insatisfech@ con su trabajo y esto, puede estar y acostumbra a estar, acompañado por síntomas físicos y/o emocionales. 

Los físicos incluyen dolor de cabeza o de espalda, trastornos del sueño, náuseas, taquicardias, tensión muscular y cansancio. 

Desde el punto de vista emocional, las personas se sienten irritables, tensas y desmotivadas. También pueden sentirse indiferentes (falta de interés en las cosas), tener dificultad para concentrarse, mostrarse cínicas o agresivas, ausentarse del trabajo, tener poco contacto social, perder la confianza en su trabajo, y sentirse improductivas y sobrecargadas. 

Dos de los más comunes son la depresión y la ansiedad, motivos de la gran mayoría de las bajas laborales.



En la mayoría de los casos, está relacionado con el trabajo. Sin embargo, otros factores pueden contribuir con la situación, como tareas y actividades extralaborales exigentes, ciertos rasgos de personalidad (como perfeccionismo, inseguridad, dependencia, baja autoestima ) y un estilo de vida estresante. 

Aunque al principio las manifestaciones y el malestar acostumbran a afectar sólo a la vida laboral, finalmente también llegan a alcanzar, en casi todas las situaciones, la vida social y familiar del trabajador afectado.

Puede afectar a cualquier persona, pero usualmente tiende a afectar a aquellas que tienen trabajos que son física o emocionalmente estresantes (profesionales de medicina, policía, asistentes sociales, etc.), a personas que están atravesando un momento estresante de la vida o a quienes están apoyando a un ser querido que está pasando por un momento así.



Es importante reconocerlo y tratarlo tempranamente para evitar que se agrave. 

El diagnóstico, se hace en la consulta médica y se basa en los síntomas, el estado emocional y los sentimientos de la persona hacia su trabajo y hacia otros compromisos personales. 


Es un síndrome que se trata, con pequeños cambios que pueden tener un impacto positivo, y a veces tomando medidas más drásticas como cambiar de trabajo o renunciar a ciertos objetivos. Pero debe abordarse de forma global, con iniciativas que incluyan desde cambios organizativos en la empresa hasta tratamiento psicológico. Aquí encontraras más sobre el tratamiento.



La prevención del Burnout, así como reconocerlo y tratarlo de forma temprana es fundamental. 

Dado que el Burnout se desarrolla a lo largo de un período largo de tiempo, para prevenirlo hay que estar atento a los signos reveladores de un estrés cada vez mayor y reaccionar a estos tempranamente, a veces, puede ser un proceso continuo, por lo que es importante identificar fuentes confiables de apoyo emocional.

Aún así, la prevención del síndrome debe comenzar en la empresa del empleado.

La primera medida que hay que tomar es evaluar las situaciones que generan el estrés y la ansiedad en el trabajador y tomar las decisiones y las medidas adecuadas para intentar reducirlo. Para ello, debe mejorar la organización y proveer de herramientas necesarias para que el trabajador pueda realizar sus tareas de forma adecuada y no tenga esa sobrecarga laboral.

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